
Comenzando la tercera década del siglo XXI, la palabra Coaching ya no es una novedad entre la población. Si bien los detalles de la metodología aún son de conocimiento restringido, su sentido general y la validez del concepto se han abierto paso en el mundo, representando una estrategia válida no solo para desarrollar habilidades personales, sino que también para complementar la formación de la fuerza laboral. Dicho esto, es importante destacar que la experiencia ha demostrado que la metodología que gerentes, directores y empresarios tienen en mente al momento de respaldar esta práctica no corresponde a cualquier tipo de coaching, sino a aquel ligado directamente a la consecución de objetivos laborales concretos en periodos determinados. Se trata, por lo tanto, del Coaching Profesional, el que se distingue de otras metodologías debido a que el tránsito teórico, si bien es relevante, está supeditado a la posibilidad de su aplicación práctica, la cual, a su vez, está enmarcada tras el concepto de eficiencia y respeto por el tiempo y dinero del cliente, pero también con los objetivos de la organización mandante, en el caso de tratarse de un proceso solicitado por una institución para un trabajador.
Pero la validación no se puede juzgar como definitiva hasta que individuos o empresas deciden invertir en un proceso de coaching. En este sentido, cabe preguntarse:
¿Están las personas y empresas invirtiendo en procesos de coaching profesional?
La compañía especialista en reportes industriales IBISWorld estima que, en 2019, la industria del coaching a nivel global alcanzó ventas por 15 mil millones de dólares, cifra que se deriva de los negocios cerrados por decenas de miles de profesionales a nivel global. Estos datos, son una extrapolación de aquellos obtenidos por el el Estudio Global de Coaching llevado a cabo en 2016 por la International Coach Federation, la que hacía referencia a una serie de cifras de distribución que situaban a Norteamérica como la región donde el servicio generaba más utilidades a nivel mundial.
En el caso de Latinoamérica, si bien se sitúa por sobre las regiones de Asia, África y Oceanía, se encuentra aún muy por debajo de los números mostrados por Europa Occidental y Norteamérica. En cuanto a la cantidad de profesionales dedicados al ejercicio del coaching, las cifras aproximadas se presentan en la siguiente gráfica, la que representa una proyección al año 2020:

Debido a la dualidad de funciones, no es posible plantear con certeza qué porcentaje de estás cifras corresponden a coaching profesional en su relación con otras vertientes del coaching, sin embargo, si es posible afirmar que en las regiones donde la técnica se encuentra más desarrollada, a saber, Norteamérica y Europa Occidental, es el coaching ejecutivo el que se encuentra más desarrollado, aspecto de esta metodología que suele vincularse con el coaching profesional debido a la necesidad de trabajar en función de objetivos medibles.
En cuanto a la distribución de estas cifras entre los países latinoamericanos, si bien no existen estudios de largo alcance que puedan entregar datos certeros, sí es posible realizar estimaciones en base a nuestra experiencia en el trabajo que como institución hemos realizado a nivel regional desde hace ya varios años.
En este sentido, podemos afirmar que los países de la región donde el coaching profesional se encuentra más desarrollado son Chile, Brasil y México. Esta observación es confirmada por un estudio realizado por la International Coaching Consulting Network (ICCN), el que afirma que más de un 90% de empresas chilenas de tamaño significativo han utilizado al coaching dentro de sus estrategias de recursos humanos. Esta cifra alcanza el 86% en el caso de Brasil y desciende ligeramente hasta alcanzar el 80% en el caso de México y Chile.
Si bien el desafío es que la utilización de la herramienta se vuelva parte estable de los programas de desarrollo empresarial, los porcentajes presentados hablan de un prometedor panorama futuro para este servicio en la región, el que ha demostrado ser no solo eficiente en el logro de sus objetivos profesionales, sino que también un interesante negocio desde el punto de vista comercial para las instituciones receptoras. En tal sentido, un informe publicado por MatrixGobal para una importante compañía multinacional indicó que el coaching produce un retorno de hasta el 529% de la inversión.
En relación con los ingresos individuales de quienes ofrecen el servicio como profesionales individuales, estos se ordenan de la siguiente forma, siendo posible observar que las cifras representan, aproximadamente, las diferencias de los estándares de vida de los países de cada región, los que, de acuerdo con la consultora John Maxwell Team, se han mantenido relativamente estables durante los últimos cinco años.

Es importante precisar que estas cifras hacen referencia a aquellos coaches que efectivamente tuvieron clientes de manera constante a lo largo del año, representando así un promedio en términos ideales de ocupación. A pesar de ello, es un ejemplo de que, haciendo un buen trabajo de socialización de la actividad o bien contando con una empresa que respalde el trabajo realizado, esta actividad puede convertirse en una fuente de ingresos interesante considerando las rentas promedio de los países de la región.
En cuanto al tipo de coaching que entrega mayores dividendos, datos de los Estados Unidos demuestran que es el coaching profesional en el contexto ejecutivo, el que en ese país alcanza promedios de 398 USD la hora. En cuanto al desglose de esa cifra, la empresa Sherpa Coaching realizó un estudio que determinó que el 14% de los coaches ejecutivos reportaron ingresos de 500 dólares por hora, 35% entre 150 a 299 por hora y el 43% entre 300 y 500 USD.
En el contexto Latinoamericano, nuestros estudios demuestran que en el caso chileno los valores del servicio de coaching profesional por sesión fluctúan entre los 124 USD y las 260 USD, cifras que tienden a bajar en el resto de los mercados latinoamericanos, pero manteniendo la brecha entre los valores mínimos y máximos.
En tal sentido, México, Colombia y en menor medida Ecuador, Perú y Argentina son los países en los que es posible encontrar una oferta de productos similar a la de Chile, siendo la diferencia el tope máximo que desciende hasta las 205 USD aproximadamente. Caso aparte es el de Brasil, con un enorme mercado de ejecutivos de alto nivel en busca de coaching personalizado y por los que están dispuesto a pagar cifras mayores a 420 USD, donde el estatus conseguido por ser parte de estas dinámicas toma un rol preponderante.
Las ventas anuales de las principales empresas chilenas que ofrecen el servicio de coaching representan otro parámetro relevante para alimentar el análisis, observándose interesantes montos, en especial si se considera que en su mayoría se trata de organizaciones medianas o pequeñas, lo que reafirma lo atractivo del mercado.

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